Moneda social

La moneda social es una forma de poner el dinero al servicio de las personas, permitiéndo continuar compartiendo sus capacidades cuando la moneda convencional se estanca.

El dinero convencional, en nuestro caso el euro, está fundamentado en la deuda que los bancos nos otorgan y que nos ata debido a la escasez y dificultad de generar euros. Éstos tienden a acumularse en manos de un grupo reducido de personas, ya que del dinero se crean beneficios monetarios, promoviendo la falta de honestidad y la corrupción; destruyendo las economías locales que escapan a los grandes centros financieros; fomentando la competitividad, la creación de pobreza y provocando una degradación cultural y social creciente.

El objetivo esencial de una moneda social no es otro que facilitar los intercambios entre las personas, como unidad contable, es decir, dando un valor a las cosas, y actuando como instrumento de pago. Su existencia depende únicamente de un acuerdo comunitario para otorgarle un valor determinado; no creado por un banco o un gobierno, sino determinado por las mismas personas que hacen el intercambio. De esta forma, la economía que se genera es totalmente real, sin ningún aspecto especulativo.

En la Cooperativa Integral Catalana, la moneda social es un sistema de intercambio virtual—gestionado a través de una plataforma informática (Comunity exchange System, CES)— adoptado por una comunidad y autogestionado en función de sus propios intereses. Esta plataforma, surgida en Sudáfrica, vehicula intercambios a nivel mundial, siendo Catalunya el lugar donde más redes existen y donde mayor cantidad de intercambios se materializan. Es una herramienta de fácil manejo y comprensión; una vez registrado, puedes ofrecer un producto o servicio propio o buscar lo que necesites en tus redes de intercambio más cercanas.

Lejos de ser un simple hecho diferencial, la adopción de este sistema de intercambio es una herramienta clave en el cambio de las relaciones económicas capitalistas imperantes; por muchas razones:

  • La moneda social se crea a través de una actividad real, un trabajo ya realizado —sea la producción de un bien o la prestación de un servicio—, y no a través del crédito, es decir de deuda.
  • Las cantidades negativas pierden su carácter de deuda ya que no tienen un plazo de “vencimiento”, y no aumentan por sí solas al no tener tasas de interés; sólo muestran un desequilibrio entre lo recibido y lo aportado, hecho que siempre podrá compensarse con el tiempo. Además, las cantidades negativas son necesarias para que también hayan positivas, ya que es un sistema de suma cero.
  • El hecho de tener números rojos, lo único que indica es que se tendrá que ofrecer algo en algún momento para compensar el saldo, pero en base al principio “cada uno en función de sus necesidades”.
  • No tiene mucho sentido acumularla, ya que en circunstancias normales cualquier persona puede generarla con facilidad, y en algunos casos tiene incluso fecha de caducidad.
  • Lo más importante es que refuerza la economía local, ya que los intercambios se producen en nuestro entorno cercano y la moneda no viaja a otros mercados donde haya una mayor rentabilidad; de esta forma se fomentan las relaciones de confianza entre las personas usuarias que pueden ir más allá de lo económico e incentivar la creación de verdaderos núcleos de autogestión donde el apoyo mutuo sea la nota común para la satisfacción de las necesidades de todos sus integrantes.

Videotutoriales del CES

Para conocer el funcionamiento del CES, como realizar las diferentes acciones necesarias para el óptimo uso del software, hemos realizado los siguientes videotutoriales:

Para aprender más cosas sobre la moneda social, podéis asistir al Taller que se hace los lunes en AureaSocial. Mirad antes el calendario en la página web: http://www.aureasocial.org.